especial. Nuestra clase se convirtió en un juzgado gracias al taller que habían preparado para nosotros una pareja de abogados. (Juan Fernández-Vega e Isabel Escandón)
Nos convertimos en jueces, fiscales, abogados defensores, acusado y testigos para comprender las leyes y la justicia en España.
Mediante una representación del Juicio al Lobo de Caperucita los alumnos adoptamos los diferentes roles que se dan en una sesión de un juicio real. Todos y todas nos metimos muy bien en el papel que nos tocó y el resultado fue muy bueno. Al final de la sesión, una vez terminada la comparecencia del acusado y los diferentes testigos y leídas las conclusiones del fiscal y la defensa; los jueces nos retiramos a deliberar y dictaminar la sentencia.
Se declara al Lobo: culpable, consideramos que es muy egoísta considerar de su propiedad el bosque y no nos parece bien que vaya dando lecciones y sustos a las niñas, creemos que hay mejores formas de educar.
Hacemos también unas recomendaciones a los testigos:
La abuelita no debería vivir sola en el bosque, en un lugar tan alejado y su familia
debería considerar la posibilidad de que esté mejor atendida en una residencia. Por otro lado no debería unirse al Lobo para dar un susto así a su nieta.
La madre no debería dejar a su hija ir sola por el bosque, consideramos que es un poco
descuidada.
El leñador no debería andar por ahí con un hacha debajo del brazo, ya que es normal
que asuste al lobo y a cualquiera que se cruce con él.
A Caperucita que no sea tan descuidada y no hable con extraños por la calle, podía
haberle pasado algo peor.
¡Se levanta la sesión!
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