``Todo
el mundo debería recibir una ovación al menos una vez en su vida, porque todos
vencemos al mundo´´, August Pullman.
Hace
cosas normales, pero no es normal.
Auggie, un niño de diez años diferente por una
deformación facial, llevaba toda su infancia educándose en casa y va a enfrentarse
a su nueva etapa en el colegio. Además de sufrir todas las dificultades de un
niño de su edad tendrá que contar con el rechazo de sus compañeros por su
aspecto físico...
August
camina siempre mirando al suelo. Con un casco de astronauta esconde su rostro. Hasta
que llega a la escuela, no solía salir al exterior, su única compañía era su
familia, su perra Daisy y una amiga de su hermana. En la escuela suceden muchos
problemas, pero aprende la lección más importante de su vida, crecer en el
infortunio, aceptarse tal y como es, “sonreír a los días grises” y saber que al
final siempre encontrará una persona en la que poder confiar, con la que
mantendrá una estrecha relación de amistad, pero sobre todo de ayuda.
Mi
familia y yo estábamos atrapados por la butaca con lágrimas asomándose por las
mejillas al terminar la película más emotiva que he visto. Esta representa
perfectamente el menosprecio de la sociedad actual sobre aquellas personas diferentes.
Una pequeña deformación en cualquier parte del cuerpo, un problema psicológico o
simplemente la diferencia de gustos genera rechazo. El desprecio que se observa
tanto en el libro como en la película de Wonder es el mismo que lamentablemente
nosotros, los alumnos, vemos a diario en el colegio.
La película representa increíblemente bien lo dicho anteriormente, pero el
libro no se queda atrás, ni mucho menos…Desde mi punto de vista, en el libro
te puedes imaginar el aspecto de Auggie, mientras que, en la película se
desvela.
También
en la película hay mucho drama, no sólo los problemas sociales que tiene
Auggie, su hermana también comienza a alejarse de su mejor amiga y además tiene
dificultades para comprender la aparente preferencia de cariño de sus padres
hacia August y no hacia ella.
Os
recomiendo la lectura de este libro que enseña tanto. Después, como yo, id a
ver la película porque merece la pena. En ambos aprendes que a pesar de las
adversidades que aparezcan en nuestra vida hay que “estar tranquilo y seguir
adelante” como dicta el precepto de Jack Will, el mejor amigo de August.
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