Los Campus Científicos de Verano son una forma de acercar las carreras
universitarias y el funcionamiento de sus proyectos a alumnos de ciencias de 4° de
ESO y 1° de Bachillerato. Este verano,
tuve la suerte de poder asistir al de Hidranatura en Badajoz, participando en
el proyecto de Agroalimentación.
El primer día estaba muy nerviosa, había venido a buscarme Inés (una de
nuestras monitoras) a la estación de autobuses. El trayecto hasta la residencia
se me hizo eterno... ¡no podía aguantarme más para ver cómo era todo! En la
residencia, me dieron la bienvenida los compañeros que habían llegado antes que
yo. En seguida nos pusimos a hablar y a contarnos todo sobre nosotros (llegó un
momento en el que ya no se nos ocurrían más preguntas). Así descubrimos que
cada uno venía de un sitio de España y a un proyecto diferente (matemáticas,
criminología, agroalimentación o agua), además de que no sólo compartíamos la
pasión por las ciencias, sino que también por la lectura y la música.
A lo largo de la semana, asistimos a
diferentes actividades según nuestros proyectos. Los de "Agro"
conducimos un tractor, hicimos injertos, probamos las platerinas, visitamos una
explotación ganadera, visitamos invernaderos, producimos aceite, participamos
en muchas catas, realizamos experimentos en el laboratorio, aprendimos las
bases de una dieta saludable y cocinamos con las técnicas más novedosas (al
vacío, con nitrógeno líquido, etc.). Nos encantaba hacer preguntas y, sobre todo,
aprender curiosidades sobre los alimentos que consumimos. Al final de la
semana, presentamos nuestro proyecto a los demás compañeros y profesores, para
ello tuvimos varias tardes de trabajo por grupos, guiados por dos profesores de
secundaria.
Algo que nos sorprendió (y nos encantó) fue la pasión y la ilusión que
transmitían todos los profesores al tratar con nosotros y hablarnos de su
trabajo, nunca se cansaban de responder a todas nuestras preguntas (que eran
muchas) y de paso, nos hacían unas cuantas a nosotros.
Pero no todo era trabajo científico, también había tiempo para el ocio. Pasábamos
las tardes en la piscina (y lo que lo agradecíamos con el calor de julio), visitamos
Badajoz, los estudios de televisión y radio de la Universidad, teníamos veladas
nocturnas... Por las noches hacíamos todo lo posible por poder quedarnos
hablando un rato más, ¡incluso llamadas de Skype de una habitación a otra!
Como experiencia científica, fue increíble y como experincia personal, fue
especial. Llegamos siendo 27 desconocidos apasionados por la ciencia y nos
fuimos 27 amigos inseparables que se pasan todas las tardes hablando por
whatsaap. Ya hicimos un mini reencuentro en Madrid a principios de Septiembre y
estamos organizando el siguiente para verano, pero estoy segura de que nos
veremos antes.
Me gustaría dar las gracias a todos mis compañeros, por haber hecho del
campus algo inolvidable. A nuestras monitoras, Inés, Asún y Olga, por toda su
paciencia y su ilusión. A los pofesores de la Universidad de Badajoz, por el buen
trato que nos dieron y por lo atentos que estuvieron con nosotros. Y a mis
porfesores del colegio, porque si no fuera por todo lo que me habéis enseñado,
nunca hubiera ocurrido nada de esto.
Rosario García 2º Bachillerato.
Tía estoy llorando 😭😭😭 Quiero veros yaaaaaa
ResponderEliminarYo pertenecía al grupo del agua. Estar en el campus ha significado un antes y después en mi vida. Vas con nervios porque no sabes que te espera allá. Mil cosas pasan por tu cabeza imaginando que podría pasar allí. Sinceramente, no me arrepiento de nada. No había llegado al campus cuando conocí a Rosario, coincidí con ella en el lugar de recogida. Una vez allí, ya había visto la habitación e iba de camino a la piscina cuando coincidí con mi compañera de cuarto. Nos presentamos, le enseñé la habitación y bajamos juntas. ¡Qué risa de niña!
ResponderEliminarLlegando ya veiamos de lejos como la gente que había llegado se levantaba para saludarnos. ¡¡Avalancha!! Eso solo fue el principio. El resto de la semana se fue volando. Los del agua nos unimos como una piña, es más, al final de la semana ya nos considerabamos hermanos. Lo mejor fue la diversidad. Desde el País Vasco hasta las Islas Canarias. Toda España en un mismo campus. Haciamos bromas con los acentos, era muy divertido y aprendí expresiones de otros sitios. El compañerismo que hubo a lo largo de la semana fue inigualable. El mejor equipo que se puede tener. Los días eran largos y activos, al igual que las noches: quedadas con los vecinos y charlas eternas. Y considero algo positivo el haber tocado apenas el móvil porque no lo necesitaba. Los tenía a ellos para hablar y contarles anécdotas graciosas. Compartíamos mucho más de lo que imaginabamos: hobbies, gustos... La despedida fue dura y ahora los echo de menos. Quisiera poder volver a verlos muy muy muyyyy pronto. Os quiero❤ Un beso, Anitah