Llega mayo e igual que florece la primavera con la naturaleza que se desborda, florece también
la Iglesia con las Primeras Comuniones. Se desbordan también los sentimientos de todos los que
participan. La emoción de los padres, los nervios de los niños, el cuidado y cariño de los
catequistas, la alegría de los sacerdotes… y la ilusión de los voluntarios. Nuestros voluntarios.
Es entrañable ver como en estas celebraciones, a veces cargadas de convencionalismos sociales,
muchas familias cristianas apuestan por los valores evangélicos y ponen por delante de la
comodidad o el lujo la ayuda a los que tienen menos. La Asociación de Antiguos Alumnos del
Sagrado Corazón, con su proyecto de catering, contribuye especialmente a esta apuesta en
favor de los necesitados al donar a la Fundación ASCE y sus residencias de ancianos la
recaudación de los eventos que organiza. Es ya tradición que nuestra Asociación ofrezca estos
servicios a las familias del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo que deciden celebrar la
Primera Comunión de sus hijos en los comedores de ese colegio.
En esta bonita historia también tienen un hueco importante los alumnos de nuestro Colegio de
Chamartín. Todos los años la Asociación nos pide voluntarios para servir el catering del
Recuerdo y los alumnos de la ESO se apuntan con verdadero entusiasmo. Cuando se les
presenta el proyecto enseguida quieren participar. No importa perder la tarde del sábado o tener
que madrugar un poco más el domingo. La actividad merece la pena. Si se trata de ayudar… por
una sola persona merece la pena. Lo han oído muchas veces pero ahora lo ponen en práctica.
Las primeras veces van algo nerviosos. No saben bien qué tienen que hacer, cómo deben
comportarse, qué ropa tienen que llevar. Todo son dudas, pero también todo es ilusión. Una vez
allí se dejan contagiar rápidamente del ambiente y aprenden con el buen hacer y la experiencia
de las Antiguas Alumnas. Se visten con camisetas negras de ASCE y delantal rojo o verde a
rayas y comienzan a colocar las mesas, llevar las bandejas, poner las sillas y los manteles…
Todo debe estar listo para cuando lleguen las familias. Luego la atención a los invitados, servir
las bebidas, retirar las sobras, sacar los postres, recoger las mesas… Al final de la jornada se
nota el cansancio, pero están contentos. Saben que su esfuerzo ha merecido la pena y, por si
fuera poco, lo han pasado genial. Los que van siempre quieren repetir.
Las nuevas generaciones aprenden de los más veteranos. Es importante que los alumnos del
colegio conozcan quiénes somos, nuestras tradiciones y proyectos. Que entren en contacto con
la Asociación y colaboren con la Fundación. El “mercadillo” para Navidad, las meriendas de “la
Residencia”, las “Comuniones del Recuerdo”… Todo esto tiene un sentido que va más allá del
hecho puntual. Es parte de su formación, y con el tiempo habrá ayudado a cimentar sus valores.
Nuestros valores. Los valores de la familia del Sagrado Corazón.
Llega mayo, y por los pasillos del colegio se repite muchas veces la misma pregunta.
- Ana, ¿cuándo es lo de las Comuniones del Recuerdo?
Ana Martín-Peña García
Antigua Alumna y profesora del Sagrado Corazón
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