Si la visita a la residencia de religiosas se está convirtiendo en una tradición, ésta no va a ser menos.
Como es Navidad, decidimos cantar unos villancicos como “Campana sobre Campana” o “Arre borriquito”.
Una vez dado el pequeño concierto, les entregamos unas felicitaciones de Navidad y estuvimos hablando con ellas sobre sus planes para estas navidades y con algunas de las enfermeras que las atienden con suma paciencia y cariño, realizando una labor prodigiosa.
Se nos hizo tan amena la visita, que se nos pasó el tiempo volando y, cuando nos dimos cuenta, ya era la hora de recoger e irnos. Por lo que nos despedimos con la sensación de necesitar volver a realizarla otra vez.
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