En época de exámenes algunos alumnos se convierten en auténticos expertos en hacer chuletas, aunque no todas estas maniobras son dignas del servicio secreto ni salen como se esperaba.
Aquí una experiencia fallida:
De la mano de las nuevas tecnologías, se pueden hacer muchos tipos de chuletas. Aunque también se pueden volver en tu contra, estilo "la rebelión de las máquinas".
Se había creado un grupo de whatsapp en el que se subieron las fotos del libro y durante el examen casi todos tenían su móvil (con el que además comentaban los ejercicios en vivo y en directo). Todo parecía perfecto, hasta que a uno le sonó el móvil en mitad de clase. El profesor se levantó y se lo quitó en ese mismo momento, descubriendo para su sorpresa a casi 20 alumnos "traficando" con los ejercicios del examen.
Aquí unas un poco más tradicionales, aportadas por alumnos de 2ºde E.S.O.
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La chuleta “de toda la vida”:
La chuleta “de toda la vida”:
La más simple y más fácil
es el pequeño papel doblado mil veces con la letra mínima. Los sitios donde
guardarlos es un tema algo más complicado. Bolsillos, en la falda o incluso en
los calcetines. Lo que también s difícil es el momento en la que la sacas ya
que tienes que hacerlo con mucho cuidado y discreción.
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La de ya
tengo el diez en la palma de mi mano:
Aunque esta chuleta tiene
mucho riesgo es fácil de leer y ocultar. Te escribes en la mano las palabras
claves o difíciles y cierras el puño o lo ocultas mientras te entregan el
examen. Lo lees y escribes en el examen. Luego, haces lo mismo cuando te lo recogen.
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El copieteo
al despiste:
Te buscas a un buen, pero
buen, amigo y empezáis a planear todo. Uno se sitúa en una esquina de la clase
y el otro en la esquina opuesta. Se trata de colocar el libro de la asignatura
abierto en la cajonera e ir preguntando cosas al profesor por muy tontas que
sean. Así cuando tu compañero retenga al profesor tu abres la mesa y buscas la
solución y al revés.
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