jueves, 24 de mayo de 2018

GRADUACIÓN 2º BACHILLERATO

Este es el discurso de graduación de los alumnos que se graduaron de 2º de Bachillerato. Disfrutad de estas palabras de despedida que emocionó a muchas personas en aquel momento.

Muy buenas tardes a todos y a todas los aquí reunidos,

En un día tan especial como hoy, es un honor para nosotros tomar la palabra en nombre de nuestros compañeros de 2º de Bachillerato. En primer lugar, os agradecemos la presencia de los familiares y de la comunidad educativa del Sagrado corazón.

Hoy 11 de mayo de 2018 culmina una etapa muy importante para nosotros con la que finalizamos el colegio. Es un día para celebrar, se nos abre una nueva puerta en nuestras vidas. Ha llegado el momento de dejar atrás todo lo que nos ha acompañado a lo largo de estos 15 años. Sin embargo, no dejamos aquí todo. Nos llevamos unos valores, unos recuerdos y una familia con la que siempre podremos contar. Simplemente por esto, solo nos salen palabras de agradecimiento hacia todas aquellas personas que nos han guiado en nuestro camino y que han hecho que hoy podamos estar aquí presentes.

En primer lugar, damos las gracias a las Religiosas del Sagrado Corazón, quienes nos han inculcado unos valores fundamentales desde nuestro primer día en rojito. No solo eso, sino también nos han enseñado que cada uno somos especiales como decía la Santa Madre: “por el alma de una sola niña, hubiera formado la sociedad del Sagrado Corazón”.
Gracias también a la labor de la dirección del colegio que hace posible un buen funcionamiento mostrándose cercana a sus alumnos. Queremos agradecer también a los auxiliares por su increíble paciencia con nosotros en el día a día como es en el comedor, en el recreo, la portería, en los pasillos, la enfermería…
A su vez, estamos muy agradecidos a los profesores que nos han acompañado desde infantil hasta hoy. Nos han mostrado cariño, respeto y apoyo tanto académico como personalmente haciéndonos crecer como personas. En especial, a nuestros tutores por su dedicación, esfuerzo y paciencia, cuya labor ha destacado en cada curso. Para nosotros, los tutores de Bachillerato han sido indispensables en estos dos últimos años tan intensos. Gracias.

Realmente el hecho de estar aquí, es principalmente por nuestros padres. Porque gracias a su decisión de traernos a este colegio hoy formamos parte de esta gran familia, la del Sagrado Corazón. Además, han sido siempre un ejemplo para nosotros de ayuda y de apoyo que nunca han fallado.

Por último, este año hemos sido capaces de hacer grupo y llevarnos bien a pesar de que no nos pongamos de acuerdo ni si quiera en elegir quien va en el primer turno del bus. Algunos de nosotros, llevamos aquí toda la vida y otros habéis ido llegando a lo largo de estos años haciendo del saco una familia más grande y mejor. Tampoco nos olvidamos de todos aquellos que se han ido, pero que siempre serán parte de nosotros.

Nuestra historia comenzó hace 15 años, cuando por primera vez nos pusimos el uniforme de rojito. Todo empezó allí, cuando no sabíamos lo que nos esperaba. Infantil fue una etapa en la que comenzaron nuestras amistades que a día de hoy mantenemos. Son muchos los recuerdos que tenemos de esa etapa: los bailes de chulapos, los festivales de fin de curso vestidos de sol, nubes y arcoíris, el recreo vigilado, las flores para el día de Mater, los juegos
deportivos, las largas siestas, aprendiendo a leer con el País de las letras… Mirábamos a los mayores con esperanza de llegar algún día a vestirnos de azulito.

Ese día llegó. Comenzamos una etapa que duraría 6 años de la que muchos nos acordamos. Primero, en el piso de abajo dónde aprendimos las tablas de multiplicar, empezamos a tener deberes sintiéndonos mayores y comenzaron las fiestas de otoño en las que nos poníamos morados con los vasos de frutos secos. Más tarde, subimos al segundo piso. Fue una alegría que nos pasaran a boli después de grandes esfuerzos por conseguir estrellas en el cuaderno. Empezamos a estudiar para los primeros controles que teníamos que llevar a casa para firmar. Aquí empezaron los recreos protagonizados por la arena fina y el tráfico ilegal de agua para hacer barro, los piñones, las casetas de paja del pinar y las pistas de fútbol que únicamente se podía entrar con deportivas. Todos recordamos los castigos para “meditar” por entrar a las pistas con zapatos. También empezaron las actividades extraescolares como los equipos de voleibol y futbol, la danza española y ballet. Nos acordamos especialmente de 4 de primaria, fue un año lleno de eventos. Tuvimos nuestras primeras olimpiadas, el teatro de títeres que preparamos con mucha ilusión y nuestra primera comunión con la que aprovechamos para agradecer a nuestros catequistas por su tiempo. En quinto llegó el cambio de clase que todos temíamos pero que a la alarga nos hemos alegrado por conocernos más unos a otros y estar más unidos. En sexto de primaria podemos destacar los polis y cacos en los recreos, y la granja con sus momentos previos de nervios por ir con pareja al baile que nunca hubo. Fue nuestro año de revolución. Estábamos ansiosos por pasar a la ESO, llevar el polo por fuera, y las chicas quitarnos los tirantes y remangarnos la falda. Comenzaron las preguntas de ¿cómo será la ESO?.

La respuesta no fue la esperada. Tuvimos que acostumbrarnos a mucha más disciplina, horarios exigentes, diversidad de profesores y asignaturas… nos pareció una locura. Poco a poco, nos dimos cuenta de que no era para tanto. Para qué mentir, la ESO coincidió con nuestra edad del pavo. Así, comenzaron los suspensos y los partes como si fueran billetes. También llegó nuestra enemiga la Plataforma de educamos, con la que nuestros padres hicieron un uso excesivo de ella. No fue todo negativo, ya podíamos entrar en la discoteca el día de la fiesta de la familia, participar en los juegos del día de Santa Magdalena Sofía y en el festival de Navidad. ¿Y qué me decís de los pasadizos secretos que llevaban al recuerdo? Fue aquí mismo dónde surgió nuestra curiosidad… Finalizamos este ciclo con el entrañable viaje a Valencia que todos esperábamos con ilusión. La fiesta de hawaianas, el día que nos congelamos en las canoas, los intentos de escaparnos por la noche a otras habitaciones… en definitiva, un viaje inolvidable.

¿Estáis aquí porque queréis? ¿os suena? Así comenzó nuestra última etapa en el colegio. Esta es la frase que nos ha perseguido estos dos años llenos de agobio, sacrificio, tensión y compromiso. En realidad, han sido a su vez los mejores años.

A pesar de todo el tiempo dedicado a exámenes, hemos podido disfrutar de grandes momentos en grupo. Hace poco la mayoría de nosotros celebramos la Confirmación, las convivencias de principios de curso, los viernes en Hijos de María con Carmen Cervera, la excursión al parque de atracciones, ¿verdad físicos?. Y que me decís del viaje de Portugal? De aquel bar? Que viaje tan corto pero inolvidable! Ya hemos aprendido la lección, es mejor tirar el ticket de la compra…
Vaya dos años que hemos superado! Hemos de decir que se han pasado volando! En que momento hubiéramos imaginado tantas fechas, tantos exámenes, portfolios de religión, subordinadas, vocabulario de inglés, fórmulas, tipos de arte, proteínas… Antes confundíamos Isabel La Católica con Isabel II y poco a poco se reduce a confundir Constituciones… A pesar de estos despistes, aprovechamos de nuevo para agradecer a los profesores que nos han acompañado esta última etapa de Bachillerato y que gracias a ellos hemos conseguido superarla.

Un día una amiga me dijo que segundo era un curso que “une mucho”. Y hoy confirmamos que así es. Personalmente, antes de llegar a este colegio, nunca imaginé que en dos años hubiese pasado a formar parte de esta gran familia. Y me habéis sorprendido saco, gracias.

La vida son etapas. Y hoy, queramos o no, nos toca decir adiós al colegio. Como mis compañeras han dicho al comienzo, se nos abre una nueva puerta. Con mucha incertidumbre, sin saber lo que nos espera, cada uno de nosotros ha elegido un destino diferente al que estamos esperando con ganas e ilusión.

¡Chicos! ¡Es nuestro momento! Nos toca abrir esa puerta y dar el paso hacia delante. Debemos estar orgullosos de nuestro esfuerzo. Pues hoy, se cumple una meta sin ser el final del camino, quedan muchas más metas por descubrir. No todo será fácil, por supuesto habrá obstáculos que debemos atravesar, y caídas para levantarse. Con cada caída también crecemos como personas, al igual que nos lo han enseñado en este colegio.

¡Gracias a todos y enhorabuena equipo!

Beatriz Sanmartín, Eva Rubio y Diego Santos




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Graduación 2ºBach

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