El pasado 11 de enero, los
alumnos de primero de bachillerato fuimos al salón de actos para escuchar una
charla de Ana Chacón que, además de ser profesora de Historia, también es una
apasionada del tema. Comenzó la charla planteando la siguiente pregunta, ¿Qué
es lo que hace al ser humano ser humano? Pensamos que sería nuestra capacidad
de crear y comunicarnos, pero Ana dijo que esas capacidades que nos venían a la
mente no eran únicas del ser humano. Continuó explicando el proceso de
hominización, el cual es el cambio físico que hace que pasemos de ser seres
prehistóricos a lo que somos ahora. Este proceso estaba totalmente ligado al
proceso de evolución, el cual nos presentó de forma totalmente diferente a la
tradicional, ya que esta no era del todo correcta, pues la evolución es un
proceso no lineal, cargado de caos y mucha inseguridad, no estructurado y
ordenado como nos habían hecho creer hasta hace poco.
Este proceso se remonta a África
hace 30 millones de años. Se produjo una modificación en el territorio debido a
la tectónica de placas surgiendo así el Valle del Rift, lo que provocó un
cambio en el ecosistema pasando de selva a sabana. Al cambiar el ecosistema
cambiaron aquellas actitudes que eran más necesarias. El cambio más importante
se relaciona con la movilidad, comenzando un proceso de bipedestación, en el
que algunos animales empiezan a andar sobre dos patas y a bajar de los árboles
al suelo. Estas nuevas actitudes pasan a ser beneficiosas y por lo tanto solo los
que se adaptan sobreviven (selección natural de Darwin). Este cambio otorgaba a
los individuos una serie de ventajas entre las que destacaban: mayor comodidad
a la hora de migrar, mayor campo visual, mayor eficiencia energética, menor
impacto de las radiaciones (el sol solo da en la cabeza y no en todo el lomo),
liberación de las manos (permite crear herramientas) y modificación de la
pelvis.
Esta última variación provoca que
los partos sean más costosos para la madre, lo que las deja más indefensas o
débiles en esa época. Esta nueva necesidad de las mujeres de reposar durante
unos días conlleva un cambio clave en la conducta social, ya que los hombres
han de organizarse para protegerla a ella y por supuesto al niño.
Por otra parte, encontramos una
evolución del esqueleto postcraneal y surgen diferentes cambios como un aumento
de la altura, los huesos dejan de ser tan robustos y por lo tanto el individuo
es menos pesado y más hábil, aumento del dimorfismo sexual, es decir, las
variaciones en la fisonomía externa, como forma, coloración o tamaño, entre
machos y hembras de una misma especie (las diferencias físicas entre los
hombres y las mujeres se hacen más visibles) y por último la variación en la
proporción intermembral, lo que afecta a estos homínidos debido a que existe
una relación directa entre el aparato digestivo y el cerebro. Por lo tanto, en
el momento en el que el ser humano modifica lo que come para así digerir menos,
se produce un aumento del cerebro. Por último, se producen variaciones que afectan
a los dientes y a su función, pero sobre todo se reduce el tamaño de la
mandíbula para aumentar en consecuencia el de la cavidad craneoencefálica.
En relación al género Homo más
específicamente, se cree que surgió en el norte de Etiopía hace unos tres
millones de años y no presentaba muchas diferencias respecto al
Australopithecus. Se conoce que esta especie salió de África por primera vez
hace unos dos millones de años, ya que se han encontrado algunos de sus restos
en Atapuerca, Ubeidiya y Dmansi, y que evolucionó de manera distinta en Europa
y en Asia. Dirigiendo la atención más
hacia nuestros antepasados, el Homo sapiens sapiens, es decir, nosotros,
surgimos en Marruecos hace unos 200 mil años, probablemente por la teoría de la
Eva Africana, que dice que provenimos de una mujer africana y que
posteriormente nos expandimos por todo el mundo. A Europa, los Homo sapiens
sapiens llegaron en el 45.000 a.C. donde tuvieron que convivir con los
neandertales durante unos 20.000 años. Finalmente, vencieron los sapiens y no
fue por su fuerza o tamaño, sino por su menor consumo de energía y su capacidad
para organizarse el trabajo que les proporcionaba una ventaja reproductiva.
También se cree que hay posibilidades de que se produjese una hibridación, una
unión de ambas especies, pero se habría dado en la zona Oriental.
Para concluir, Ana nos volvió a hacer la misma pregunta,
¿Qué hace al ser humano ser humano? Esta es la pregunta que queda abierta para
todos vosotros.
Marta Banegas e Ignacio Barrasa (1º A)
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