La navegación
ha sido realmente complicada, ni el más imaginativo de
todos los que hemos participado en esta hazaña podría haber soñado con todo lo
que hemos visto, vivido y sufrido.
Estábamos
advertidos de los peligros de la mar al fin y al cabo todo somos marineros experimentados,
pero los mares y océanos que hemos visto nada tienen que ver con el mar que
desde mi Guipúzcoa natal veía. Tantos colores distintos, tantas puestas de sol,
tantos compañeros perdidos anotados en este cuaderno de bitácora que hoy acabo
de escribir.
Desde
aquí quiero rendir homenaje a mis
compañeros de travesía que no vuelven a casa, algunos enfermaron de escorbuto,
otros de alguna extraña enfermedad que contrajeron cuando a pesar de las recomendaciones bajamos a por víveres
en la isla de Cabo Verde, donde varios de mis compañeros fueron detenidos por
el gobernador Portugués.
Todo
esto lo pondré en conocimiento del emperador Carlos V que nos ha citado para
conocer más de nuestra expedición.
No sé
si tantas cosas vividas podrán ser resumidas en una breve reunión. No podía
imaginar que el mundo tuviese tantos contrastes y que las civilizaciones a
pesar de ser tan distintas entre si tuviesen tantos puntos en común.
La
manera de organizarse, de protegerse como en el caso de China que levantó su
inmensa muralla para protegerse de los
invasores de la frontera norte.
O la
manera de comercial de los Maya donde el trueque con granos de café y chocolate
hacía innecesario el uso de monedas.
Pirámides,
faraones, el relato escrito de Sinuhé y todo esto con el Nilo como testigo de
lo que sucedía.
Pero
siempre la escritura dejando huella en el tiempo de todo lo importante que sucedía,
como quizás esté haciendo yo ahora.
Ya lo hacían los egipcios con sus Jeroglíficos,
incluso los chinos con su sistema de escritura.
En el
fondo todos buscamos lo mismo y con el paso de los siglos eso no ha cambiado,
todos queremos volver a nuestras casa, buscar seguridad, a la familia.
En el recuerdo llevo también a quien conocí en Sevilla antes de partir, todos le llamaban Magallanes, yo prefería llamarle por su nombre, Fernando, tantas cosas nos unieron como nos separaron. Pero no sería justo no nombrarle en esta última hoja del cuaderno de Bitácora.
No sé
si al emperador le parecerá interesante mi relato, o se reirá de las cosas de
marinero loco que tengo, en cualquier caso si le diría que viendo el mundo como
lo he visto también he visto muchas maneras de gobernar.
Faraones,
emperadores, jefes de tribus, reyes… había tantos tipos y tan distintos. Hay
quienes de manera noble hacían su trabajo para el pueblo, otros solo pensaban
en su propio interés y dejaban a su pueblo morir de miseria y otros que
intentaban ser la mejor versión de si mismos.
Viajar
te abre las puertas de la mente, me
siento afortunado. Quien me lo iba de decir a mí, ahora me llaman Sr. El Cano,
no sé si me acostumbraré a un trato tan
distinguido y elegante, ya que mis ojos miraban con la inocencia de un niño
todo lo que he descubierto.
Dicen
que pasaré a la historia , que seré rico … No me importa ya que mi mayor riqueza
es volver a mi casa y poder contar todo lo que estos 3 años me han regalado y
nunca olvidar a mis compañeros que no podrán hacer lo mismo.
Juan
Sebastián El Cano
María Matarranz
Ganadora Categoría D 3º y 4º ESO
X Concurso Literario Sagrado Corazón Chamartín
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